Bienvenido al Lore de Neuve

¿Terminaste de leer? Volver.

Introducción: El nacimiento de Neuve fue una anomalía, una fusión inexplicable entre el poder de la luz y el antiguo arte de la Magia Hex. A diferencia de la mayoría de los seres, que deben canalizar maná cuidadosamente a través de rituales o entrenamiento, Neuve poseía un reservorio inagotable de maná—su esencia vital potenciada por la luz creaba un bucle interminable de energía mágica. Aunque esto parecía un regalo inimaginable, era uno que ella no buscó ni comprendió del todo.

Desde muy joven, Neuve luchó por dominar la naturaleza caótica de su Magia Hex. Aunque con el tiempo ganó un control notable sobre sus habilidades, la magia tenía una voluntad propia. Había momentos en que su influencia susurraba más fuerte que sus propios pensamientos, sugiriendo acciones que oscilaban entre el altruismo y un caos tranquilo. Para Neuve, la mayor batalla no eran sus enemigos, sino la negociación entre su voluntad y la influencia de su magia.

Primeros Años de Neuve (0–56): Forjando la Base

0–10: El Comienzo de la Luz

• Descubrimiento del Poder: Desde el momento en que Neuve “nació”, fue claro que era diferente. Su esencia impulsada por la luz la hacía brillar débilmente, incluso de bebé. Los híbridos locales de Protogen-Nardoragon la veían como un faro de potencial, pero también como una anomalía inquietante.
• Destellos Incontrolables: Su Magia Hex comenzó a manifestarse temprano, con pequeñas explosiones de energía que alteraban su entorno cuando sus emociones se intensificaban—aparecían grietas en las paredes, los objetos se movían de forma impredecible. No tenía control, lo que provocaba miedo y aislamiento de quienes la rodeaban.
• Un Vínculo Fracturado: Su familia la adoraba pero no lograba entender sus habilidades. Sus padres intentaban protegerla desesperadamente, pero los rumores de su "maldición" se esparcían por la comunidad.

11–20: Una Conciencia Creciente
• La Voz de la Magia Surge: Alrededor de los 12 años, la Magia Hex comenzó a hablarle débilmente—no con palabras, sino con sensaciones e impulsos. Le insinuaba posibilidades que aún no comprendía, dándole sueños de realidades cambiantes o del espacio doblándose.
• Guía Accidental: Un día, durante una crisis, la Magia Hex salvó instintivamente a alguien que ella amaba, usando su poder sin que ella lo controlara. Aunque fue un acto bueno, la experiencia la aterrorizó—comprendió que la magia podía actuar por sí sola.
• Deseo de Dominio: A los 18, Neuve comenzó a experimentar con sus habilidades en secreto, desesperada por controlar el caos. Creó pequeños encantamientos y runas, pero sus éxitos eran irregulares, y sus fracasos, a veces, peligrosos.

21–30: Confianza en Ascenso, Dudas en Ascenso
• Un Destello de Control: Tras años de ensayo y error, Neuve logró un control básico de su magia, suficiente para realizar pequeños hechizos sin alteraciones. Sin embargo, los susurros de la magia se intensificaron, empujándola a probar sus límites.
• Una Tentación Temprana: A los 27, la Magia Hex la incitó a alterar el flujo de energía a su alrededor—nada grave, solo una pequeña ondulación para ver qué pasaba. Neuve resistió, pero la curiosidad quedó, sembrando dudas sobre su capacidad de resistir.
• Fortaleciendo Lazos: Durante este tiempo, Neuve formó un grupo cercano de compañeros que la aceptaban pese a sus poderes. Ellos le dieron un sentido de pertenencia, anclándola en medio del creciente llamado de su magia.

31–50: El Punto de Inflexión
• Ecos de Influencia: Para sus 30s, la influencia de la Magia Hex se volvió más deliberada, sugiriendo acciones que desafiaban su brújula moral. Aunque resistía, hubo momentos de debilidad—pequeños fallos donde dejaba que la magia actuara sin control.
• El Sueño del Poder: A los 45, Neuve comenzó a tener sueños vívidos de un poder inmenso—visiones de sí misma reformando la realidad con solo pensarlo. Los sueños se sentían menos como fantasías y más como recuerdos aún por ocurrir.
• Primer Vistazo a la Destrucción: Durante un estallido accidental a los 48, Neuve vio su magia salirse de control, desgarrando temporalmente el espacio a su alrededor. Aunque nadie resultó herido, el evento la marcó profundamente, dejándola más decidida que nunca a dominar su poder.

51–56: Camino al Primer Gran Desafío
• Los Susurros Más Fuertes de la Magia: Para los 55, las sugerencias de la Magia Hex eran difíciles de ignorar. Ya no susurraba—exigía. Le mostraba vislumbres de redes interdimensionales y susurraba promesas de conocimiento infinito, tentando a Neuve a acceder a poderes jamás tocados.
• La Lucha por el Equilibrio: Dividida entre su sentido de responsabilidad y el inmenso atractivo de la Magia Hex, Neuve comenzó a sentir la tensión. Pasó meses en aislamiento tranquilo, meditando y reforzando su voluntad, preparándose para lo que sentía sería una confrontación inevitable.

56: El Primer Gran Desafío
A los 56 años, Neuve se encontraba en una encrucijada en su viaje—un punto que definiría su relación con la Magia Hex durante siglos. Para entonces, los susurros de su magia se habían vuelto más fuertes, pasando de suaves empujones a órdenes persistentes. La tentación del poder infinito se cernía sobre ella como una sombra, invitándola a sumergirse en reinos que ningún Protogen se había atrevido a tocar: la red interdimensional.

La sugerencia de la Magia Hex era tentadora. Prometía a Neuve una visión de la vasta y entrelazada red de universos alternos—una red que contenía los secretos de la existencia misma. Le aseguraba que podría usar ese conocimiento para rehacer no solo su realidad, sino todas las realidades. Sin embargo, las apuestas eran monumentales. Si Neuve actuaba por impulso, el mismísimo tejido del espacio-tiempo podría romperse, provocando fallas multiversales y grietas en la física que ninguna fuerza podría reparar. El riesgo no era solo la destrucción, sino el caos total—mundos fusionándose, identidades mezclándose, y la existencia misma cayendo en una espiral de inestabilidad.

La respuesta de Neuve estuvo cargada de incertidumbre y miedo. Luchó con el peso ético de semejante decisión. Durante horas, se sentó en la soledad silenciosa de un cañón lejano, su esencia luminosa iluminando las rocas a su alrededor mientras meditaba sobre la sugerencia de la Magia Hex. La voz de la magia se volvió insistente: "Eres más fuerte que las leyes que atan este universo. ¿Por qué dudas? El conocimiento te espera, el poder te llama. Solo necesitas el valor para tomarlo."

Pero Neuve comprendía los riesgos a un nivel más profundo. Habló en voz alta, su tono cargado de aprensión: "O sea... suena divertido y todo eso, pero ¿y si alguien sale herido? ¿Y si accidentalmente me fusiono con otras versiones de mí misma? ¿Entonces qué pasa? ¿Pierdo completamente quién soy?"

La Magia Hex hizo una pausa—no por derrota, sino por un silencio calculado. Estaba claro que el poder no estaba acostumbrado a la resistencia, pero la determinación de Neuve era firme. Eligió apartarse de la red interdimensional, decidiendo que el daño potencial superaba con creces el atractivo del conocimiento ilimitado. Su decisión fue una victoria, pero no sin consecuencias. La magia se volvió inquieta, frustrada por su contención, y su influencia se hizo aún más fuerte en los años siguientes.

Este desafío marcó el inicio de una transformación sutil en Neuve. No solo estaba resistiendo la tentación—estaba aprendiendo a navegar el delicado equilibrio entre su voluntad y la presencia abrumadora de la Magia Hex. Se dio cuenta de que su viaje no consistiría en eliminar la voz de la magia, sino en entender sus motivos, controlar sus impulsos y moldear su naturaleza caótica hacia su propio camino de bien.

Este momento sentó las bases para los hitos que vendrían, moldeando su carácter hasta convertirse en la figura que algún día se acercaría a la fase de la Despertar con una sabiduría y fuerza renovadas.

Edad 57–100: Encontrando el Equilibrio en Medio del Caos Creciente

57–65: Aprendiendo a Contener la Magia Hex
• Luchando por Confiar en Sí Misma: Después de rechazar la red interdimensional, Neuve se volvió hiperconsciente de cuán fácilmente la Magia Hex podía influenciarla. Aunque seguía comprometida con mantener el control, a menudo dudaba de sus decisiones, reproduciendo mentalmente aquel momento a los 56. ¿Y si su rechazo no fue fuerza, sino miedo?
• Evolución de la Magia: La Magia Hex se adaptó a su resistencia, volviéndose más sutil y estratégica. Sus susurros adoptaron un tono críptico, presentando acertijos y preguntas filosóficas diseñadas para debilitar su convicción. Neuve pasó ese tiempo aprendiendo cómo contrarrestar su influencia mediante meditación y creación de runas—métodos que le ayudaban a redirigir la energía de la magia sin ceder a sus sugerencias.
• Probando sus Límites: Durante esos años, Neuve puso a prueba sus habilidades a través de experimentos controlados, creando hechizos diseñados para potenciar su poder de luz. Aunque algunos fueron exitosos, otros hicieron que su magia reaccionara de forma impredecible, obligándola a replantear su enfoque.

66–80: La Búsqueda de Propósito
• Explorando sus Orígenes: A los 70 años, Neuve se volvió cada vez más curiosa sobre los orígenes de su Magia Hex y su conexión con su naturaleza híbrida Protogen-Nardoragon. Comenzó a viajar por su mundo, buscando textos antiguos y ruinas que pudieran contener pistas. Aunque el viaje le proporcionó fragmentos de conocimiento, también profundizó el misterio.
• Un Sueño Revelador: A los 76, Neuve tuvo uno de los sueños más vívidos de su vida. En él, estaba en medio de un campo de luz fracturada, rodeada de runas que cambiaban y se deformaban como si estuvieran vivas. La voz de la Magia Hex habló con claridad por primera vez, diciendo: "Eres más de lo que comprendes. Encuentra la verdad, y te encontrarás a ti misma."
• Un Nuevo Propósito Emerge: El sueño reavivó la determinación de Neuve de descubrir la razón de su existencia. Aunque aún no comprendía todo su significado, sentía con certeza que su magia contenía respuestas—no solo sobre su propio viaje, sino sobre la naturaleza del poder de la luz y la magia en sí.

81–95: Navegando el Crecimiento y la Complejidad
• Refinando su Control: A los 84, Neuve había dominado varias técnicas avanzadas para contener su Magia Hex, incluyendo la creación de runas adaptativas capaces de cambiar sus propiedades según su estado emocional. Estos avances marcaron un punto de inflexión en su habilidad para coexistir con la magia.
• Mentora de Variantes Protogen: Durante estos años, Neuve se convirtió en una mentora silenciosa para Protogens más jóvenes que buscaban su guía. Compartía lecciones sobre equilibrio y contención, enseñándoles cómo enfrentar sus propios desafíos con disciplina y reflexión.
• Relaciones Puestas a Prueba: A medida que el entendimiento de Neuve sobre la Magia Hex se profundizaba, su vínculo con sus compañeros más cercanos se debilitaba. Muchos no lograban relacionarse con la profundidad filosófica que ella había alcanzado. Aunque Neuve entendía sus sentimientos, eligió continuar su camino, sabiendo que las apuestas eran mucho mayores que ella misma.

96–100: En el Camino del Despertar
• Escalada de la Magia: Al acercarse a los 100 años, la influencia de la Magia Hex se intensificó drásticamente, como si se preparara para un Despertar. Se volvió más fuerte, más insistente, y a veces incontrolable. Comenzaron a aparecer pequeñas distorsiones a su alrededor—ondulaciones en el espacio-tiempo que insinuaban su creciente poder.
• Preparándose para la Siguiente Evolución: A los 98, Neuve comenzó a crear encantamientos protectores para salvaguardar su mundo contra el caos potencial de su Despertar. Temía que su transformación pudiera causar daños no intencionados, así que trabajó incansablemente para minimizar el riesgo.
• Una Calma Decidida: En la víspera de su cumpleaños número 100, Neuve se paró sola bajo un cielo lleno de luces cambiantes. La Magia Hex susurró: "No puedes resistir para siempre, niña. Naciste para despertar la verdad." Esta vez, Neuve no respondió. Simplemente sonrió, sabiendo que aunque su viaje había estado plagado de incertidumbre, nunca había perdido de vista quién era.

100-150: La Breve Decadencia

100-110: Perdiendo la Perspectiva
• El Silencio Ensordecedor: El día que Neuve cumplió 100, el zumbido constante de la Magia Hex finalmente cayó en silencio. Al principio, dio la bienvenida a la tranquilidad, creyendo que después de un siglo de resistencia, la magia finalmente le había concedido paz—un reconocimiento a su inquebrantable determinación. Se sentía como una victoria merecida, una recompensa por rechazar sus tentaciones.
  
  Pero con el pasar de los meses, el silencio persistía. Ni un susurro. Ni un leve pulso de energía. Ni siquiera la más tenue sensación de su presencia. Lo que antes era una fuerza implacable—empujando, probando, exigiendo—simplemente había desaparecido, como si hubiera sido borrada de la existencia.
  
  Al principio, Neuve pensó que era una simple hibernación, un retiro silencioso antes de un resurgimiento inevitable. Pero el tiempo pasaba, y el silencio se volvía más pesado, sofocante en su ausencia. Su inquietud aumentaba. Se encontraba escuchando, esperando la más mínima señal del regreso de la magia. En su lugar, encontraba un vacío antinatural—un silencio tan profundo que se sentía menos como alivio y más como un presagio.
  
  La magia no había sido derrotada. No se había rendido. Había elegido el silencio. Y esa elección inquietaba a Neuve mucho más que sus susurros.
• La Luz que Asfixia: Había pasado un año desde el silencio de la Magia Hex, y con cada día, Neuve sentía que el peso de su ausencia crecía. Al principio pensó que era imaginación—que sus poderes se estaban ajustando a un mundo sin los susurros mágicos. Pero cuanto más trataba de invocar sus habilidades, más resistencia encontraba, como si algo en lo profundo de su ser estuviera fallando.
  
  La magia que antes fluía sin esfuerzo ahora chispeaba, parpadeando como una llama moribunda. La preocupación se convirtió en miedo. Algo andaba mal. Sin otra opción, Neuve hizo lo que había evitado toda su vida: se sometió a un Diagnóstico, el equivalente más cercano a una cirugía para seres cibernéticos como los Protogens, Synths y Primagens. Era un proceso invasivo, temido por su imprevisibilidad, y por su capacidad de exponer las vulnerabilidades más profundas de aquellos que dependían tanto de lo biológico como de lo mecánico.
  
  Y cuando llegaron los resultados, el veredicto fue innegable: Debilitada.
  
  Su Poder de Luz—la esencia que la había sostenido por un siglo—se estaba asfixiando, disminuyendo a un ritmo alarmante. No solo se desvanecía… estaba muriendo.
  
  Por primera vez en su larga vida, Neuve comprendió que esto no se trataba solo de perder poder. Se trataba de sobrevivir. Y la pregunta que se cernía sobre ella era una que jamás se había atrevido a formular:
  
  Sin la Magia Hex… ¿puedo siquiera existir?
• El Temor: Los resultados del Diagnóstico destrozaron el sentido de identidad de Neuve. Debilitada. La palabra resonaba en su mente, manchando cada pensamiento con una duda persistente. Ya no era un faro de potencial—solo una anomalía en declive, una mutación aferrada a restos de poder que ya no podía manejar.
  
  Por primera vez en su siglo de existencia, no pudo salir de casa, no pudo enfrentarse al mundo que alguna vez abrazó su fuerza. Temía sus miradas—la lástima, la decepción, la silenciosa confirmación de que ya no era quien solía ser. ¿La rechazarían? ¿La abandonarían ahora que estaba disminuida?
  
  Se aisló, su presencia luminosa apagándose no solo en poder, sino también en espíritu. Su luz siempre la había definido, le había dado propósito. Ahora, se asfixiaba bajo el peso de la incertidumbre. Todavía sentía la magia—un destello lejano, apenas más allá de su alcance—pero tocarla ya no era lo mismo. Era débil, frágil, extraña.
  
  Y peor que perder su fuerza, fue enfrentarse a una pregunta que jamás se había permitido hacer:
  
  “Si ya no soy luz, ¿entonces quién soy?”
• Fuerza de vida titilante: Siete años después de cumplir 100 años, el mundo que Neuve había luchado por construir—la vida que había formado—comenzó a agrietarse y colapsar bajo sus pies. Su luz se estaba agotando.
  
  Para los Protogens, el signo de la muerte inminente es inconfundible: el símbolo de batería baja—no solo en el visor, sino en las aletas, hombreras y placas de los muslos. Una señal silenciosa e implacable del destino. Y ahora, esos símbolos habían aparecido en Neuve.
  
  Su fuerza disminuía. El movimiento se volvió lento, cada gesto requería más esfuerzo que el anterior. A los 109, incluso su visor—una vez una ventana clara al mundo—se estaba atenuando. Su vista se volvió borrosa, las sombras indistinguibles, los bordes de la realidad desvaneciéndose como una estrella moribunda.
  
  Ya no podía caminar. Ya no podía mantenerse en pie. Ya no podía enfrentarse al mundo exterior.
  
  Solo su familia permanecía—los últimos Protogens que no la habían abandonado. La cuidaban, le susurraban consuelos suaves, aunque ni siquiera ellos podían ofrecer un verdadero alivio. Razer, su padre, hizo un último intento por reiniciar su ciclo, entregándole un fragmento de su propia luz—un acto desesperado, un ruego contra lo inevitable. Falló. Y cuando los últimos días de su año 110 se desvanecieron, Neuve comenzó a desaparecer completamente de la red. Su existencia, antes vibrante e innegable, se desvanecía.
111-120: La Pequeña Esperanza
• El Último Aliento: Al llegar a su año 111, el último rastro de presencia de Neuve titiló dentro de la red ProtoKind. Una última señal—un pulso moribundo—reverberó a través del éter digital, y luego se desvaneció en el silencio.
  
  Ella se había ido.
  
  Su esencia cibernética—la parte que alguna vez la conectó a algo más grande—había desaparecido, dejando atrás solo su cuerpo biológico. Sin rastros de datos. Sin firmas de energía. Sin susurros en el tejido del mundo tecnológico.
  
  Y sin embargo, incluso en esa ausencia, algo quedaba. Un latido frágil. Débil, inestable, casi imperceptible—pero allí. Su existencia no se había desvanecido por completo.
  
  Ya no era una criatura de luz. Ya no formaba parte del entramado artificial que definía su identidad.
  
  Ahora, era algo diferente. Algo incierto.
  
  Algo… que esperaba.
Monólogo de Muerte:
Una Tumba Silenciosa: El mundo ya la había llorado. Neuve se había ido. El último pulso de su presencia se había desvanecido de la red ProtoKind, sin dejar más que recuerdos desvanecidos y la cáscara de lo que una vez fue.

No había rastro de energía. No quedaban ecos en el flujo de datos. Ninguna anomalía que los escáneres pudieran detectar.

Para la tecnología, Neuve ya no existía.

Pero en lo profundo de esa ausencia tranquila, algo permanecía. Un latido—suave, lento, poco más que un susurro contra el vacío. No crecía. No se detenía. Simplemente era.

Invisible. Inadvertido. Dormido.

El tiempo avanzó, inmutable, mientras el universo continuaba sin ella. Pasarían meses antes de que la verdad comenzara a despertar. Antes de que la pequeña esperanza tomara forma.

Pero por ahora, Neuve yacía en silencio.
• El Disparo Repentino: Un día—sin previo aviso—un pulso se propagó por la red ProtoKind.
  
  Un solo ping inconfundible.
  
  ¿La propietaria? Neuve Hétànbur.
  
  Al principio, parecía un fallo—un fragmento residual de datos corruptos forzándose a existir. Pero el pulso volvió a repetirse. Una vez al día, exactamente a las 12:52 PM. Constante. Preciso. Vivo.
  
  La familia de Neuve, aún de luto, ya había aceptado su pérdida. Pero ahora, esta señal repetitiva desgarraba esa certeza, arrastrándolos de vuelta a una esperanza desesperada y familiar. ¿Se había reiniciado? ¿Algo—alguna fuerza invisible—había reavivado su existencia?
  
  Se movieron rápido, recuperaron lo que quedaba de su cuerpo, aferrándose a la posibilidad de que ese pulso significara algo más que un eco moribundo.
  
  Que tal vez, solo tal vez—Neuve no se había ido del todo.
• La Revitalización: Durante meses, el pulso de la presencia de Neuve no fue más que una anomalía tenue en la red ProtoKind—un misterio, un susurro de algo que no se había ido por completo. Pero ahora, la señal ya no era solo datos. Era transformación.
  
  Nota del Dev | El "flickered" debería parpadear, pero la etiqueta blink está rota. Todo comenzó lentamente. Sus placas de muslos parpadearon. Débiles y breves destellos de luz pulsaban debajo de sus superficies, luchando contra la larga inactividad. Luego, sus hombreras se estremecieron, energía tenue fluyendo de nuevo a través de ellas, arrastrándose por los circuitos como brasas encendiendo fuego. Sus nanitos del visor temblaron, moviéndose con delicadeza, casi con timidez, como si despertaran de un largo sueño. En cuanto emergió la primera chispa de vida, su familia lo dejó todo. Corrieron hacia ella, rodeándola, sin aliento, sin atreverse a apartar la mirada ni un segundo. Esto no era solo una recuperación—era una resurrección. Pasaron horas, la tensión creciendo con cada momento. Y entonces—por fin—su visor se iluminó. Sus ópticas se ajustaron, luchando contra la neblina de la inactividad prolongada. Pero pronto, al fin—pudo ver. Había pasado un año y medio desde que la habían perdido. Y ahora… había regresado.
Nota del Desarrollador | Continuará...

¿Terminaste de leer? Volver.